MEJOR MOMENTO DEL DÍA:
Espiritualidad que encontramos en el Templo de los Lamas, visita imprescindible en Pekín |
Día 5 (30/08/2013). Templo de los Lamas, Palacio de Verano
Nos levantamos y sin entretenernos mucho nos dirigimos al metro, como todos los días. Ésta vez bajaremos en la estación Yonghégong-Lama Temple para visitar el Templo de los Lamas (horario de 9-16h).
Se trata del templo budista tibetano más importante fuera del territorio del Tíbet que en 1744 se convirtió en un monasterio para los monjes lamas. Creemos que es una visita imprescindible en cualquier viaje por la ciudad de Pekín, al igual que lo puede ser la Ciudad Prohibida. Merece mucho la pena su visita, tanto por la belleza arquitectónica del templo como por la espiritualidad del lugar ya que es un lugar de culto activo a día de hoy y son muchas las personas que acuden a rezar y llenan el ambiente de nubes de incienso.
El incienso es fácil de encontrar ya que los alrededores del templo están llenos de tiendas en las que se puede comprar. También nos sorprendió encontrar en las aceras cercanas al templo personas con minusvalías físicas graves, jóvenes y ancianas, pidiendo limosna.
Llegamos al recinto y pagamos los 25 cny por persona para poder acceder a su interior. Con la entrada nos regalaron unos cd que cuentan la historia del templo.
Tiendas de incienso en los alrededores del templo |
Os pongo un vídeo resumen que espero que sea capaz de reflejar la espiritualidad y el buen karma que desprende. Debo decir que en el interior de los pabellones se me prohibió grabar o hacer fotografías, aunque no hay ningún cartel que lo indique, como sí los hay en otros templos. En el vídeo aparecen imágenes que tomé antes de que se me llamara la atención por segunda vez, ya que la primera vez fue una guía turística italiana a la que no le presté mucha atención porque pensé que no tenía ninguna autoridad para marcar unas normas que no veía explícitas por ninguna parte, además no era la única ni mucho menos que estaba haciendo fotos. Cuando me lo dijo un guarda no me quedó más remedio que respetar sus indicaciones.
El templo es de grandes dimensiones, como viene siendo habitual en todo lo que visitamos en Pekín. Se trata de una sucesión de pabellones y patios en los que encontraremos fieles haciendo plegarias y dejando ofrendas.
Y no podían faltar en este templo budista los rodillos de oración tibetanos así como los grandes quemadores de incienso que hacen que el ambiente se llene de humo y agradables aromas que envuelven los patios. Ésto, junto con el silencio de los devotos a la hora de practicar sus rezos te aportan una sensación indescriptible de paz.
El templo es un entramado de edificios tradicionales de madera con tejados dorados muy elaborados, arcos decorativos y coloridos que hace que no puedas dejar de mirar hacia todos los lados.
Los dos pabellones principales son la Sala de la Rueda de la Ley en la que encontramos la estatua de bronce de 6 metros de Tsong Khapa, fundador de la Gelukpa o secta del sombrero amarillo y el pabellón de Wanfú con una estatua de Maitreya Buda (el futuro buda) de más de 19 metros de altura tallado en una sola pieza de madera de sándalo. Los dos se pueden ver en el vídeo anterior.
También es interesante el pabellón de Banchan Lou en el que encontraremos una colección de ornamentos tibetanos aguardados por algunos monjes mongoles, actualmente dedicados a la astronomía y medicina, a los que podremos ver practicar sus rezos.
Sin duda, para nosotros es una visita imprescindible. De hecho es de las que guardamos un mayor cariño y uno de los lugares que más nos gustaron de Pekín, sino el que más.
Estuvimos mucho rato sentados contemplando la sucesión de personas que con su incienso en alto hacían sus rezos y dejaban las ofrendas. Nos hubiésemos pasado todo el día allí dentro, de hecho estuvimos mucho más tiempo del que teníamos planeado a priori, pero como nadie nos esperaba nos daba exactamente igual. Estábamos disfrutando del momento en silencio y no nos cansábamos de impregnarnos del olor a incienso ni de contemplar los devotos, tal y como nos suele pasar al mirar una chimenea encendida o un bebé recién nacido. Nos costó hacer el paso de salir pero lo hicimos con mucha tranquilidad y una buena sensación.
Debían ser algo más de las 11 cuando nos dirigimos a otro punto emblemático de la ciudad: El palacio de verano (Metro: Beigongmen o Xiyuan; horario: 8.30-17h). En la taquilla encontramos varios tipos de entradas, en función de la cantidad de pabellones que se quieran visitar. Nos decidimos por la entrada completa así que abonamos la cantidad de 60 cny por persona. Esta entrada te da derecho al acceso a: Palacio de Verano, Jardín de la Virtud y la Harmonía, Galería Wenchang, Calle Suzhou y Torre de la fragancia de Buda. A nosotros nos sobraron el Jardín de la Virtud y Harmonía y la Galería Wenchang. Por otra parte, la calle Suzhou la puedes ver sin el ticket (ver, pero no entrar), así que una buena opción hubiera sido comprar la entrada general (30 cny) y la de la Torre de la fragancia de Buda a parte.
No hace falta decir que el Palacio es inmenso (¡290 hectáreas!) y que lo ideal es recorrerlo durante un día entero.
Existen tres puertas de entrada, nosotros utilizamos la puerta norte, frente a una zona de restaurantes de comida rápida occidental. Al cabo de pocos metros nos encontramos la Calle Suzhou, un conjunto de canales con tiendas y restaurantes que pretende imitar la bonita ciudad del mismo nombre, cercana a Shanghai.
Entrando al Palacio de Verano |
Calle Suzhou en Palacio de Verano de Pekín |
A partir de este punto encontramos una serie de pabellones a los que accederemos subiendo bastantes escaleras. Si queréis ahorraros estas escaleras podéis entrar al recinto por la puerta este, aunque os perderéis los pabellones y tendréis que retroceder igualmente para encontrar la calle Suzhou.
Vamos subiendo en altura y obteniendo vistas de la zona, que a lo mejor en otra época eran preciosas, hoy en día las vistas de la parte norte de la ciudad no merecen demasiado la pena ya que no se aprecia la inmensidad del lago ni del parque (que quedan justo al otro lado) sino que únicamente se puede contemplar la carretera y edificios próximos a la puerta de entrada.
Vamos subiendo en altura y obteniendo vistas de la zona, que a lo mejor en otra época eran preciosas, hoy en día las vistas de la parte norte de la ciudad no merecen demasiado la pena ya que no se aprecia la inmensidad del lago ni del parque (que quedan justo al otro lado) sino que únicamente se puede contemplar la carretera y edificios próximos a la puerta de entrada.
Primera tanda de escaleras y primera parada...
Seguimos subiendo por empinadas escaleras y nos reconforta pensar que todo lo que estamos subiendo deberemos bajarlo en algún momento para encontrarnos con el lago Künming.
En algunos casos parecen templos suspendidos en el cielo.
Pabellones que parecen suspendidos en el aire |
Por fin se acaban los escalones y empezamos a encontrar pendientes de bajada que nos llevan al Lago Künming, el cual ocupa tres cuartas partes del parque. Su tamaño es impresionante, parece no tener fin.
Enseguida nos encontramos con uno de los elementos estrella del parque: el gran corredor de madera adornado con pinturas que servía a la emperatriz para pasear y resguardarse del sol. Muy cerca encontraremos el muelle para alquilar barcas a remo y navegar por el lago.
Empezamos a caminar por el parque en dirección este, siendo el paseo muy agradable. Debo decir que nos dejamos llevar y fue un error porque justo al oeste, no muy lejos del corredor, se encuentra el conocido Barco de mármol que pensábamos ver de regreso, dado la vuelta entera al lago, lo que fue un planteamiento muy ingenuo ya que es algo prácticamente imposible. Las dimensiones del palacio de verano son descomunales y ocupamos varias horas en recorrer tan solo una cuarta parte del parque, así que lógicamente llegó un momento en que desistimos de seguir dando la vuelta o bien de volver atrás y salimos por una puerta lateral cerca del puente de los 17 arcos, al este del parque. Después supimos que desde la isla del lago sur (al que llegamos) existe un ferry que te lleva hasta el barco de mármol así que ésta puede ser una buena opción. La idea es que es imposible ver todo lo que nos ofrece el Palacio en una sola visita a no ser que pasemos un día entero en el parque (aún así tiene que ser agotador), así que lo mejor es elegir y tener claro lo que queremos visitar, disfrutar de la visita de forma relajada y no agobiarnos pretendiendo acaparar todo el recinto. Bien, seguimos con la visita.
Hoy hace un poco de calor y aprovechamos para comprar unos refrescos. Optamos por probar uno de pera que nos encanta y además está fresquísimo, lo que se agradece. En China existe una gran cantidad de refrescos y bebidas buenísimas que además imitan muy bien el sabor original de la fruta. Nos cuesta sólo 6 cny (unos 75 céntimos de euro), baratísimo para estar en un lugar tan turístico.
Por detrás del gran corredor aparece la cima de la Colina de la longevidad, con el Pabellón de la Fragancia de Buda. Se trata de otro lugar emblemático e imprescindible en nuestra visita al Palacio. Nuevamente nos espera una buena tanda de escaleras que bien merecen el esfuerzo ya que cuando llegamos a la cima nos encontramos con unas estupendas vistas de todo el parque.
Empezamos una nueva ascensión por pabellones de madera muy decorados |
Pabellón de la Fragancia de Buda |
Vistas desde la Colina de la Longevidad |
Contemplamos un rato la inmensidad del lago y descendemos. En nuestro descenso nos entretenemos un rato observando la sucesión de pabellones mientras reposamos y cogemos un poquito de aire antes de seguir nuestra marcha.
Y al llegar a bajo un merecido descanso... |
Seguimos paseando bordeando el lago y encontrándonos con bonitas estampas y bonitas vistas. Pasamos por el Jardín de la Virtud y la Harmonía donde encontramos flores de loto y proseguimos. La siguiente parada es la Galería Wenchang a la que hacemos una visita rápida ya que se trata de un museo en el que podemos observar jarrones, tallas en miniatura, etc. Y continuamos hasta llegar al siguiente punto de interés: el puente de 17 arcos de 150 metros, en la orilla este del lago.
Lago Künming y Puente de los 17 arcos de fondo |
El puente de los 17 arcos nos da paso a la isla del lago sur a la cual es posible acceder también en ferry desde el muelle que se encuentra junto al gran corredor. Desde el puente se obtienen también unas estupendas vistas de la colina de la longevidad.
Colina de la longevidad desde el Puente de los 17 arcos |
Detalles del puente de los 17 arcos |
Puente de los 17 arcos desde la isla del lago sur |
Nos damos un paseo por la isla del lago sur y volvemos a cruzar de nuevo el puente. Escuchamos una música que proviene de una pérgola y vemos gente alrededor así que nos vamos a curiosear y nos encontramos unas chicas bailando. Os dejo un pequeño vídeo del Palacio de Verano y las chicas bailando:
Miramos el reloj ya que nuestros estómagos empiezan a rugir. Nos damos cuenta de que son más de las 15h y con todo lo que hemos caminado tenemos hambre. Dentro del Palacio de Verano, cerca del punto en el que nos encontramos existen algunos puestos de comida, pero nos da la impresión de comida rápida en bandejas de aluminio tipo la comida de los aviones y preferimos salir fuera a comer mejor ya que la zona de la calle Suzhou de tiendas y restaurantes de la entrada norte nos queda muy muy lejos. Vemos que hemos recorrido aproximadamente una cuarta parte del parque y quedan tan solo 2 horas para que el Palacio cierre (a las 17h), en este punto nos damos cuenta de que no podremos visitarlo todo, ni mucho menos. Ya habíamos leído opiniones de otros viajeros pero nuevamente no pensábamos que las dimensiones fueran tan exageradas. ¡No aprendemos!
La decisión de salir por la puerta "new palace gate", no muy lejos del puente de los 17 arcos, fue el segundo error del día. Salimos y nos encontramos con "nada". Es decir, una calle desierta que bordea el Palacio, pegado a una carretera, sin tiendas ni restaurantes, ni nada de nada. Empezamos a caminar dirección norte sin creernos que ésto es todo lo que nos encontraremos. Además no hay ni un alma por las calles. Seguimos caminando y caminando cada vez ya más cansados porque llevamos andando sin parar desde poco después de las 8h de la mañana. El hambre aprieta pero no nos queda más remedio que seguir el camino. Finalmente, cuando son ya más de las 16h llegamos a la zona del metro, junto a la puerta norte del recinto por donde hemos entrado y justo enfrente de la zona de restaurantes de comida rápida occidental. No tenemos muchas alternativas. O nos montamos en el metro dirección al hotel y comemos por allí (aunque a estas horas...) o bien comemos en un restaurante de comida rápida a los que nunca vamos en España. No nos lo pensamos, tenemos hambre y estamos cansados así que ¡a comer! No me puedo creer que hoy en China entraré por primera vez a un KFC! Elegimos justamente éste por ser una cadena que nunca hemos probado. Comemos por 60 cny los dos (unos 7.5 euros). No es el estilo de comida que nos gusta pero a esta hora nos la comemos muy a gusto.
Nos vamos al hotel, descansamos, ducha y poco más. Los templos en Pekín cierran sobre las 17, los pocos que tardan más lo hacen a las 18h con lo que no nos queda tiempo para visitar nada más. Mañana a las 8 de la mañana sale nuestro tren maglev dirección Shanghai así que nos quedará pendiente de visitar: el templo del cielo, el templo del tambor y la campana y el templo de confucio. Pero no nos importa, es decir, hemos disfrutado de cada templo y de cada espacio visitado con tranquilidad y calma y preferimos ésto a ver las cosas a medias para verlo todo. Sabemos que ahora tenemos 3 motivos más que suficientes para volver a Pekín, algo que no nos importaría en absoluto!
Por la noche, cena en nuestro restaurante favorito cerca del hotel (90 cny por 1 cerveza, un agua y 4 platos) y a dejar las maletas medio listas para poder apurar unos minutos más en la cama mañana antes de hacer el check-out y salir dirección Shanghai, pero este es otro capítulo!
Resto de entradas del viaje:
Día 0 - Preparativos
Días 1 y 2 - Llegamos a Beijing
Día 3 - Descubriendo Beijing: Silk Market, Ciudad prohibida, Parque Jingshan (colina del carbón), parque Beihai
Día 4 - La Gran Muralla China (Mutianyu) y Zona Olímpica
Día 5 - Último día visitando Pekín
Día 6 - De Beijing a Shanghai
Días 1 y 2 - Llegamos a Beijing
Día 3 - Descubriendo Beijing: Silk Market, Ciudad prohibida, Parque Jingshan (colina del carbón), parque Beihai
Día 4 - La Gran Muralla China (Mutianyu) y Zona Olímpica
Día 5 - Último día visitando Pekín
Día 6 - De Beijing a Shanghai
Qué rabia me dan los sitios donde no te dejan hacer fotos!! Aunque yo siempre hago algunas de estrangis, jijijiji Nosotros si que solemos probar los KFC en nuestros viajes... de hecho, son un clásico, jijiji Es raro el viaje en el que no hayamos entrado en uno, jajaja
ResponderEliminarSaludos
Pues no te digo que no lo hagamos a partir de ahora, las alitas nos gustaron pero es que estando en China y con lo que nos encanta la comida china y lo barata que es nos pareció un poco surrealista acabar en un KFC! Y yo tampoco soporto los sitios que no dejan hacer fotos, pero es que en el templo de los lamas además ni lo ponía así que podían especificarlo con un cartelito...
EliminarUn abrazo!
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarQué tendrán los templos budistas que en todos se respira esa paz!
EliminarPreciosa la foto del incienso de colores!
No sabía qué el palacio de verano era tan grande tiene que ser agotador! Aún así aprovechasteis muy bien el día.
Saludos.
El templo de los lamas nos sorprendió muy gratamente, no esperábamos encontrar ese ambiente y esa paz. Nos alegró ver que es un lugar de culto activo y que acuden muchos chinos a rezar, éramos pocos turistas lo que lo hace muy especial. Dejando a un lado que los pabellones son preciosos. ¡Muy recomendable!
EliminarUn abrazo!
Opino igual que tú, dos visitas que no hay que perderse. Me encantaron ambos sitios.
ResponderEliminarUn abrazo
Fue un día redondo. Quedamos enamorados del Templo de los Lamas, salimos de allí con muy buena sensación y nos seguimos impresionando con el Palacio de Verano cuando creíamos que Pekín ya no nos podría sorprender más. Nos ha encantado esta ciudad.
EliminarUn abrazo!
Vaya templos me encantan! Yo no probé nunca los KFC, ni en USA!! Pero los Bruguer King, McDonalds....nunca fallan en nuestros viajes. En algún lado hay que ahorrar, ya comeremos sano cuando volvamos a casa :-P
ResponderEliminarEn Londres sí comimos en McDonalds, aunque no somos muy amantes de las hamburguesas, pero en China casi te sale más caro comer en estos sitios y es que somos unos fanáticos de la comida china. A los 4 días de haber vuelto de China nos fuimos a comer a un asiático, no te digo más! Estoy segura que en Estados Unidos u otros sitios donde es caro comer también tiraríamos o tiraremos de burgers que tampoco es que nos disgusten!! :)
EliminarNo me cabe duda que vuestros relatos me van a venir de maravilla el día que vaya a China, las vistas desde la Colina de la Longevidad son una pasada y el templo de los lamas me ha encantado, no me extraña que os calara tan hondo la visita.
ResponderEliminarGanas de ver que nos contáis sobre Shangai :D
Seguro que te encantaría Pekín y en especial estos dos templos que nis parecieron una pasada, para nosotros de lo mejorcito de la ciudad sin desmerecer nada. No hablamos igual de Shanghai que nos decepcionó bastante, os lo cuento pronto.., :)
EliminarUn grato diario por China. Con amplia cobertura fotográfica. Un saludo.
ResponderEliminarGracias Fernando, si supieras todas las fotos que llegamos a hacer... ;-)
EliminarSaludos!
Que entrada más chula... Tomo nota del Templo de los Lamas porque aún no he visitado China pero sé que lo haré sin tardar mucho. Una entrada excelente y tan detallada como de costumbre.
ResponderEliminarLa colina de la Longevidad también me ha sorprendido... Cada día tengo más ganas de visitar China, la verdad. Espero vuestra opinión de Shangai, ya sabes que es controvertida. Hay quien la adora y a quien le aterroriza. A ver imagino que no será ni lo uno ni lo otro, pero estoy deseosa de ver tu opinión.
Un besito,
Trini
http://yoadoroviajar.blogspot.com
Hola Trini, Pekín superó nuestras expectativas con estos templos y parques fabulosos, pero no pasó lo mismo con Shanghai. No nos horrorizó pero no le encontramos el encanto de Pekín, os lo contamos en el próximo post. Gracias por pasarte.
EliminarUn abrazo!
Vaya pasada de templos, sobre todo el de los Lamas, me ha encarado, la fotos preciosas. Vaya lote de andar y sin encontrar un sitio para comer!! la verdad que nunca he comido en un KFC, nunca se me ha antojado, pero en esas circunstancias hubiese hecho lo que vosotros, a zampar que el hambre es muy mala. Con lo que llevo leído de tu viaje cada vez me apetece más ir a China. Un saludito guapa!
ResponderEliminarAnda que no nos comimos la hamburguesa a gusto! jejeje. El templo de los lamas se ha convertido en uno de nuestros lugares favoritos de Pekín y puede que sea así porque no es uno de los lugares más famosos de la ciudad y por lo tanto nos sorprendió en positivo porque no esperábamos mucho, al contrario por ejemplo que la Ciudad Prohibida. Si vas a China seguro que te encanta. Tu a China y yo a la India, cambio! :)
EliminarUn abrazo!
Me encantan esos templos, yo me volvería loca haciendo fotos... No me extraña que se os pasara la hora de comer estando en un sitio así. Yo he de confesar que soy muy de McDonalds, Burger King, etc porque siempre te sacan de un apuro estés donde estés y dicho sea de paso, te ahorras un dinerito que puedes emplear en otras cosas.
ResponderEliminarUn abrazo!
Hicimos un montón de fotos Gloria, de hecho me ha costado un montón seleccionar las que iba a poner y las que se quedarían en la recámara!! Y lo de los restaurantes de comida rápida no nos suelen gustar especialmente pero sí es cierto que algunas veces, como en Londres y en esta ocasión nos vinieron de perlas!! Aunque en China son prácticamente igual de caros que comer en algunos restaurantes locales!!! :)
EliminarUn abrazo!!
Joooo.... leyendote me apetece cada vez más China!!! Nosotros, igual que vosotros, no somos de fast food y mucho menos cuando sales fuera y puedes saborear la comida local.
ResponderEliminarAdemás, en estos paises un menú de estás cadenas es más caro que la comida normal. Pero bueno, una excepción se puede perdonar ;-)
Pues igual que nosotros pero teníamos ya tanto hambre que nos hubiésemos zampado lo que fuera y lo curioso es que el sabor de las hamburguesas era distinto, era picante como la comida china y con sabor a alguna especie, no nos emocionó pero tampoco nos disgustó! :)
EliminarChina os encantaría seguro.
Un abrazo!
Hola que tal, excelente china es lugar muy linda la gente es muy educada es un lugar muy hermoso.
ResponderEliminarTe doy la razón, nos encantó el país, sus templos y su gente. Disfrutamos mucho de nuestros días por China!!
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